sábado, 11 de julio de 2009

OSCURIDAD Y LUZ




Esa noche llovía impetuosamente,
Mi corazón desbordaba sus sentimientos

Tristemente el riachuelo de lagrimas
Fluía por mis mejillas
Se secaba dejando solo el rastro de dolor,
Mi cuerpo ausente,
Transitaba por aquellas calles silenciosas,
Vagando sin destino y sin sentido,
Mi alma quebrantada solo pide el consuelo la piedad,
Pero aunque la penuria de la noche me invada

Aun habita en mí un sueño inexorable,
El que no permite

mi caída total

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